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Op-Ed | Chile Launches Its Sustainable Finance Taxonomy: A Bold Step Toward a Greener Future in Latin America and the Caribbean

Writer's picture: Adriana Bazán FusterAdriana Bazán Fuster

Chile's Sustainable Finance Taxonomy Public Consultation


El Anteproyecto de la T-MAS de Chile: Un proceso que marca un antes y un después para las finanzas sostenibles en América Latina y el Caribe


Cuando pienso en la T-MAS (el Sistema de Clasificación o Taxonomía de Actividades Económicas Medioambientalmente Sostenibles) de Chile no puedo evitar sentir una mezcla de respeto y admiración por el enorme trabajo que ha desempeñado el Ministerio de Hacienda para la construcción de este instrumento. Desde sus primeros pasos hasta la publicación de la consulta pública del anteproyecto, la T-MAS ha sido el resultado de un trabajo visionario y de un liderazgo inquebrantable por la Oficina de Finanzas Verdes de dicho Ministerio desde el 2019, sentando las bases de lo que entendemos como medioambientalmente sostenible y lo que no.


En esencia, las taxonomías son instrumentos que permiten determinar objetivamente qué actividades, proyectos e inversiones pueden considerarse ambientalmente sostenibles. Este enfoque no solo fomenta una comprensión común sobre lo que es sostenible y lo que no, sino que también ayuda a prevenir el greenwashing. Ahora, en línea con este objetivo, el Ministerio lidera una consulta pública que estará abierta hasta fin de mes, brindando la oportunidad a cualquier persona interesada de enviar sus comentarios y ser parte activa de este proceso.


Con un objetivo claro y fijo, desde la publicación del Acuerdo Verde (2019), la Hoja de Ruta (2021), el documento de Elementos Estructurales de la T-MAS (2023), y ahora la consulta pública (diciembre 2024), la T-MAS se ha construido gracias a un esfuerzo participativo, inclusivo y multidisciplinario, convocando a actores de todos los sectores incluyendo empresas, aseguradoras, fondos de pensiones, bancos, universidades, organismos internacionales, reguladores, asociaciones, academia, sociedad civil, entre otros.


Un hito participativo en la construcción de la T-MAS


Si algo destaca de la T-MAS es la gobernanza que dio pauta a desarrollar el instrumento a través de un proceso participativo y multidisciplinario. Con la participación de nueve chairpersons más sus equipos de trabajo, se creó una taxonomía desde un enfoque bottom-up approach; es decir, recabando extensa información de los sectores económicos representados en la T-MAS, a través de una estrategia intensa y constante de creación de capacidades y recopilación de información con los grupos revisores en más de 70 talleres, entrevistas, videollamadas, webinarios, entre otros.



Aún recuerdo la primera conversación que tuve con María Paz Gutiérrez, Jefa de la Oficina de Finanzas Verdes, en la COP27 quien me compartió su visión de una gobernanza robusta y de un proceso metodológico claro y coherente. Ese proceso tomaría las mejores experiencias internacionales como base, pero se diferenciaría al dejar que el proceso de la construcción de la taxonomía recayera en manos de expertos sectoriales (o “chairpersons”), íntimos conocedores de su sector en el país. Resonando con esta visión, CCAP apoyó de la mano con ImplementaSur al Ministerio de Hacienda en la coordinación de la T-MAS.


El resultado fue un proceso multiactor e interdisciplinario que, desde las primeras sesiones, dio la oportunidad a las y los chairpersons de repensar y aportar nuevos elementos innovadores a la T-MAS. Dado a esto, esta taxonomía no sólo ha logrado la interoperabilidad con las más de 53 taxonomías desarrolladas o en proceso de desarrollo, sino que también ha logrado integrar tanto la teoría como la práctica empírica, para asegurarse de que el instrumento no solo sea técnicamente sólido, sino también relevante y adaptado al contexto chileno.


Esta apropiación local y compromiso multiactor se vio reflejado en el evento de lanzamiento del anteproyecto, celebrado en la sede la Escuela de Negocios de la Universidad Alfonso Ibáñez, con más de 130 asistentes en la sala principal, una segunda sala llena siguiendo la transmisión en vivo y una audiencia ampliada por la retransmisión en línea. Para mí y para los participantes quedó claro que la T-MAS es sin duda un instrumento que convoca y moviliza a múltiples actores con interés en utilizar las herramientas necesarias para habilitar los flujos de las finanzas sostenibles.


La innovación de la T-MAS y su aporte a la comunidad internacional de finanzas sostenibles


La T-MAS también destaca por su carácter innovador, tanto en términos de contenido como de enfoque. Al nivel técnico le tomó poco más de un año elegir las actividades económicas y crear los Criterios Técnicos de Selección (CTS). En este tiempo, se creó muchísimo contenido y se propusieron nuevos elementos que no se encuentran en otras taxonomías.


No obstante, si pudiese elegir los elementos más sobresalientes de la T-MAS, destacarían: 1) La inclusión del sector de minas y canteras, siendo uno de las primeras taxonomías junto con Indonesia y Australia en abordar este sector; 2) Un enfoque desagregado de las Salvaguardas Mínimas Sociales (SMS), pionero en Latinoamérica, que permite una evaluación detallada y precisa de los criterios a través de la debida diligencia; y 3) Una integración del principio de No Hacer Daño Significativo (NHDS), basado en el sistema de evaluación de impacto ambiental de Chile.


Estos elementos no solo posicionan a la T-MAS como un instrumento innovador y ambicioso, sino que también abre la puerta a nuevas conversaciones y nuevos planteamientos sobre cómo usar e implementar taxonomías que sean relevantes para el contexto social, ambiental, político y financiero de la región.   


Un instrumento complementario para alinear los flujos financieros


Es importante rescatar que la T-MAS no ha sido un proceso aislado para cumplir con el checkbox de tener una taxonomía o por que “está de moda”. Por el contrario, la T-MAS es un instrumento de política pública complementario a lo que el gobierno de Chile ha desarrollado en los últimos años en materia de financiamiento sostenible.


Un ejemplo de esto es el trabajo de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), que ya exige a las entidades financieras la divulgación de información sobre financiamiento sostenible. En este contexto, la T-MAS cumple un rol clave al proporcionar las métricas y los umbrales claros para determinar si el financiamiento informado es realmente medioambientalmente sostenible, evaluando no sólo la elegibilidad de las actividades sino también su alineación a los objetivos medioambientales, al realizar una contribución sustancial, al no hacer daño significativo y al cumplir con salvaguardas mínimas sociales.


¿Qué viene para Chile después de la consulta pública de la T-MAS?


Durante 2023 y 2024, vimos un “boom” de las taxonomías en el mundo, específicamente en la región de América Latina y el Caribe. En este contexto, Chile avanzó significativamente y aprendió mucho del proceso de construcción de la T-MAS. Tras la consulta pública, el desafío ahora radica en su socialización, uso e implementación: ¿quiénes adoptarán el instrumento y cómo se garantizará su operatividad?


En los próximos meses, podrían surgir iniciativas clave que impulse la implementación de la T-MAS. Herramientas prácticas, como casos de estudio por sector y actividad económica, así como una plataforma interactiva que facilite el uso de la T-MAS, pueden desempeñar un papel central para que el instrumento sea más “tangible”. La traducción del documento al inglés abriría la puerta a que la comunidad internacional pueda conocer y usar el instrumento, incentivando la interoperabilidad; mientras que la publicación de los comentarios recibidos durante la consulta pública, y la actualización constante del sitio web contribuirían a la transparencia y socialización de la taxonomía.


Por otro lado, el futuro Comité Permanente de Experticia Técnica de la T-MAS podría enfocarse en completar los CTS para los objetivos ambientales pendientes, como conservación y restauración de ecosistemas y biodiversidad. También es posible que los reguladores financieros publiquen una hoja de ruta para guiar la implementación de la T-MAS, y que se desarrollen proyectos piloto para que las entidades financieras evalúen la alineación de sus actividades en desglose de actividades por CAPEX, OPEX y facturación con la taxonomía. Estas acciones podrían acelerar el proceso de integración del instrumento, sentando las bases para su adopción y maximización de beneficios.


Un compromiso personal con la T-MAS


Desde mi experiencia investigando el desarrollo de las taxonomías en el mundo, la experiencia chilena es un ejemplo de visión Estado que va más allá de las agendas políticas. Se requiere de compromiso y mucho empoderamiento para crear un instrumento que responda a las necesidades y las oportunidades del sector real de la economía, sin perder de vista la metodología ni la interoperabilidad que requiere el instrumento. Todo esto no habría sido posible sin un liderazgo visionario, así como de una comunidad internacional que brindó al gobierno de Chile la asistencia técnica para llevar a cabo su objetivo.


Espero que en el futuro se me permita seguir acompañando este journey, aprendiendo de su experiencia y contribuyendo al uso e implementación de la T-MAS. Me vienen a la mente muchas ideas para apoyar este objetivo, pero por el momento tomemos un tiempo para presentar el anteproyecto a toda la comunidad internacional y recabar todos los comentarios bajo la extensa y masiva consulta pública liderada por el gobierno. Les invito a ser parte de este proceso y a enviar sus comentarios antes del 31 de enero 2025. A través de este proceso masivo de socialización, esperamos que la T-MAS sea un modelo a seguir para otros países de la región y del mundo, generando conocimiento, fomentando la cooperación y marcando un hito en las finanzas sostenibles.


 

Op-Ed | Chile Launches Its Sustainable Finance Taxonomy: A Bold Step Toward a Greener Future in Latin America and the Caribbean


When I think of Chile’s T-MAS (Taxonomy of Environmentally Sustainable Economic Activities), I feel a deep sense of respect and admiration for the monumental efforts led by the Ministry of Finance. From its initial development to the ongoing public consultation, this sustainable finance taxonomy is the result of visionary efforts and steadfast leadership from the Green Finance Office—a project that has been in progress since 2019.


To put it short, taxonomies allow us to objectively determine which activities, projects and investments are considered environmentally sustainable. Their implementation provides a common understanding of what’s environmentally sustainable and what is not,  and helps to avoid greenwashing. Currently the Ministry is leading an ongoing public consultation that wraps up at the end of the month. Anyone can be part of this process and submit comments here.


With a clear and fixed objective, since the publication of the Green Agreement in 2019, moving through the Roadmap for a Taxonomy (2021) and the Structural Elements for a Taxonomy document (2023), and now the public consultation (December 2024), the T-MAS has been built on a foundation of inclusivity, collaboration and expertise. Its process brought together stakeholders from every corner: insurance companies, pension funds, banks, universities, international organizations, regulators, associations, academia, civil society, among others.


A Participatory Milestone in Taxonomy Development


What truly sets T-MAS apart is its governance model, which shaped the taxonomy through an unprecedented participatory and multidisciplinary approach. The taxonomy followed a "bottom-up" methodological approach, led by nine chairpersons and their teams. This entailed leveraging extensive sector-specific insights and an intense and constant strategy focusing on capacity building and information gathering with review groups in more than 70 workshops, interviews, webinars, video calls and other engagements to gather and refine information about Chile's economic sectors.




I still remember the first conversation I had with María Paz Gutiérrez—Head of the Green Finance Office—at COP27 who shared her vision of robust governance and a clear and coherent methodological process. That process followed the best international experiences as a basis and differentiated itself by leaving the process of taxonomy construction in the hands of sectoral experts (or “chairpersons”), intimately familiar with their own sector in the country. Inspired by this vision, CCAP, a non-profit climate think tank in the U.S., worked hand in hand with Chile-based NGO, ImplementaSur, to support the Ministry of Finance in the coordination of the T-MAS.


The result was a multi-stakeholder and interdisciplinary process that, from the very first sessions, gave chairpersons the opportunity to rethink and contribute new and innovative elements to the T-MAS. As a result, this taxonomy has not only achieved interoperability with the more than 53 taxonomies from around the world, but has also managed to integrate both theory and empirical practice to ensure that the instrument is not only technically sound but also relevant and adapted to the Chilean context.


This local ownership and multi-stakeholder engagement manifested itself into the official taxonomy draft launch event, held at the Alfonso Ibáñez University Business School earlier this month. The launch was a resounding success, drawing over 130 attendees in the main hall, a second full hall for the live broadcast and an expanded audience following the action through the online stream. It quickly became clear to me and to the participants that T-MAS is undoubtedly an instrument that convenes and mobilizes multiple actors with an interest in using the necessary tools to facilitate sustainable finance flows.


The Innovation of the T-MAS and Its Contribution to the Sustainable Finance Community


The T-MAS also stands out for its innovative nature, both in terms of content and approach. At the technical level, it took just over a year to select the economic activities and to create the Technical Screening Criteria (TSC). During this time, a lot of content was created and new elements were proposed that are not found in other taxonomies. However, if I were to highlight the most outstanding elements of the T-MAS, they would be:


  1. The inclusion of the mining and quarrying sector, being one of the first taxonomies along with Indonesia and Australia to address this sector.

  2. A disaggregated approach to the Minimum Social Safeguards (MSS) based on the due diligence principle.

  3. An integration of the Do No Significant Harm (DNSH) principle, based on Chile's environmental impact assessment system.


These elements not only position the T-MAS as an innovative and ambitious instrument but also open the door to new conversations and approaches on how to use and implement taxonomies that are relevant to the social, environmental, political and financial context of the region.  


A Complementary Tool for Aligning Financial Flows


It is important to emphasize that the T-MAS has not been an isolated process to comply with the checkbox of having a taxonomy or because it is “trendy.” On the contrary, the T-MAS is a public policy instrument that complements what the Chilean government has developed in recent years in terms of sustainable finance.


An example of this is the work of the Financial Market Commission (CMF), which already requires financial institutions to disclose information on sustainable finance. In this context, T-MAS plays a key role in providing clear metrics and thresholds for determining whether reported financing is genuinely environmentally sustainable. It evaluates both the eligibility of activities and their alignment to environmental objectives, making a substantial contribution to mitigation and adaptation, doing no significant harm to the rest of the environmental objectives, and complying with minimum social safeguards.


What's Next for Chile After the Public Consultation on the T-MAS?


During 2023 and 2024, we witnessed a “boom” in taxonomies worldwide, specifically in the Latin American and Caribbean region. In this context, Chile made significant progress and gained valuable insights from the T-MAS construction process. Following the public consultation, the challenge now lies in its socialization, usage and implementation: who will adopt the instrument, and how will its operability be guaranteed?


In the coming months, key initiatives could emerge to drive the T-MAS implementation. Practical tools, such as sector- and activity-specific case studies, as well as an interactive platform to facilitate its use, could play a central role in making the instrument more "tangible." Translating the document into English would allow the international community to learn about and use the instrument, fostering interoperability. Additionally, publishing the comments received during the public consultation and maintaining constant updates on the website would enhance transparency and promote the taxonomy’s adoption.


Looking ahead, the forthcoming T-MAS Permanent Technical Expertise Committee could focus on completing the Technical Screening Criteria (TSC) for the remaining environmental objectives, such as ecosystem, biodiversity conservation and restoration. Financial regulators may also publish a roadmap to guide the T-MAS implementation and initiate pilot projects for financial institutions to assess the alignment of their CAPEX, OPEX and revenue activities with the taxonomy. These actions could accelerate the integration of the instrument, laying the groundwork for its adoption and maximizing its benefits.


A Personal Commitment to T-MAS


From my experience researching the development of taxonomies worldwide, the Chilean experience is an example of a state vision that goes beyond political agendas. It requires commitment and a lot of empowerment to create an instrument that responds to the needs and opportunities of the key economic sectors, without losing sight of the methodology and interoperability required by the instrument. None of this would have been possible without visionary leadership and the support from the international community that provided technical assistance to the Chilean government to achieve its goals.


I hope to continue accompanying this journey in the future, learning from its experience and contributing to the usage and implementation of the T-MAS. Many opportunities exist to enhance  this objective, but for now, let us take the time to present the draft to the entire international community and gather feedback through the extensive and wide-reaching public consultation led by the government.


I invite you to be part of this process and submit your comments by January 31, 2025. Through this comprehensive socialization process, we hope the T-MAS becomes a model for other countries in the region and the world, generating knowledge, fostering cooperation and marking a milestone in sustainable finance.


 

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